Amistad, una palabra que llena la boca y que hace que sintamos una especie de cosquilleo en el estómago que, inevitablemente, nos lleva a sonreír. Este sentimiento, tan puro y complejo, debe ser, al menos en teoría, para siempre, pero a veces esto no es así.
Desde pequeños tenemos a ese alguien, ya sea chico o chica, que siempre viene con nosotros en los recreos, que ríe con nosotros, y a veces, también llora.
Después te vas haciendo mayor, y los amigos de toda la vida, no son los que tienes en ese momento, algunos se han ido difuminando lentamente a lo largo del tiempo, otros, ni siquiera están. Al igual que perdemos amigos ganamos otros, personas increíbles que llenan con creces el hueco que dejaron los que se marcharon.
Aún soy joven, y sé que me quedan muchos momentos por vivir, amistades que forjar (y que espero no dejar en la estacada), y mucho camino por recorrer. Aunque no sepa lo que me depara el futuro, sí que sé que tengo amigos para recorrerlo junto a ellos, y sólo espero que seamos amigos para siempre.
Escrito por Pablo Martínez Fernandez.
El arte de conservar los amigos es un arte sabio que deberíamos aprender cuanto antes en la vida. Es muy beneficioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Feo que sabes que seremos amigos para siempre siempre porque eres UNICO tu inse
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